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“La vida no trata de hacer felices o infelices a los seres humanos. La vida trata de hacernos comprender. Nuestra felicidad o infelicidad son productos secundarios de nuestro éxito o fracaso en comprender”

Paul Brunton

¿Qué hay que comprender?

Todas las experiencias que nos trae la vida son significativas. Usemos nuestra inteligencia y aprendamos estos significados. Porque la vida está tratando de desarrollar esa inteligencia en nosotros hasta que pueda hacernos conscientes del significado más elevado de todos: el Alma.

El coraje del ser humano reflexivo

Lo más importante que un ser humano puede preguntarse —quién es y para qué está aquí— debe ser respondido para que su vida encuentre su verdadero curso…

Hay miles de millones de formas y criaturas en los universos esparcidos por el espacio. Aparecen y desaparecen, vienen y van, nacen y mueren, crecen y decaen, actúan e interactúan. Esto ha estado sucediendo durante inmensos períodos de tiempo; pero en la mente del ser humano reflexivo debe surgir la pregunta: “¿Con qué fin fue y será todo esto?”.

Tomemos el comienzo y el final del alfabeto griego y supongamos que la primera letra, Alfa, es el primer tenue atisbo del universo. Y tomemos la última letra, Omega, como si fuera el último rastro de este mismo universo que se desvanece. Imaginemos que Alfa es la reencarnación del Omega previo, y tendremos una clave para comprender lo que realmente está pasando… Pero, ¿cuál es esta misteriosa fuente invisible e intangible de la que todo esto deriva y dentro de la cual todo esto transcurre?

Se necesita algo más de lo que los escritos o incluso los gurús puedan ofrecer. Y ello sólo se puede encontrar dentro de uno mismo. El coraje necesario para tal postura también debe, y puede, encontrarse dentro de uno mismo.

Paul Brunton